Maluras calla, observa y ataca con saña. Cuando nadie la ve, porque es muy vergonzosa. Y después, cuando el daño ya está hecho, se queda callada y con incredulidad se pregunta: ¿He sido yo?
–¿Dónde te has metido niña? – Preguntó la abuela- ¿No estarás haciendo maluras?
Su blog: Relatos de Maluras