Nací un día bastante movidito de 1973.
A los tres años mi madre me llevó a ver Star Wars al cine, lo cual supuso para mí una experiencia casi religiosa y mi declaración de amor por el fantástico en todas sus formas y géneros.
A los diez años leía a Poe, Asimov y a Bradbury.
A los doce a Stephen King, y empecé mis pinitos literarios con más ilusión que talento.
Estudié audiovisuales, fotografía, teatro y escritura creativa.
He practicado el periodismo cinéfilo y musical.
A nivel de escritura dramática empecé tarde en estos asuntos de la escritura de géneros, pero ilusiones no me faltan.
Su aportación al blog: «Una reunión familiar»